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En su Discurso de Independencia, Su Majestad Rubén I de Áurea ha dado un mensaje al mundo micronacional. En el Salón Dorado del Palacio Real y ante representantes doradinos y aurianos, leyó el discurso después de la Ceremonia organizada por la administración doradina, que el día de hoy entregó la Soberanía a Su Majestad Rubén I.
El discurso se cita a continuación:
Hace ya algunos años, serví en el Ejército Mexicano. Cuando tienes un tiempo en servicio, te mandan a un adiestramiento en un campo militar. Varios de mis superiores me recomendaban que fuera a correr por la tarde, para hacer condición. Como yo jugaba futbol, me pareció que tenía condición y deseché el consejo. El primer día de mi adiestramiento, hice los ejercicios que nos pusieron a la par de mis compañeros. Pero cuando nos pusieron a correr, ya no pude mantener el paso de los demás y comencé a rezagarme.
Estabamos corriendo al rededor de un estacionamiento, haciendo un amplio círculo. Cada vez me quedaba más atrás, hasta que llegó el momento de que quedé adelante de todos. Ya no corría por alcanzarlos, corría por orgullo, para que no me alcanzaran. Hice un enorme esfuerzo para que no me alcanzaran y ocupé todas mis fuerzas. El resultado de mi sprint fue totalmente lo contrario. Vacié mis fuerzas y el grupo terminó, no solo por alcanzarme, si no que me rebasó. Al terminar el entrenamiento el grupo me llevaba una vuelta y media de ventaja.
Al día siguiente, inicié el entrenamiento con mucho miedo. Creí que me había librado de correr, porque lo dejaron para el final, pero no tuve tanta suerte. Comenzamos a correr y traté de mantener el paso, aunque me costó mucho trabajo. Cuando las fuerzas me estaban fallando y me iba a empezar a rezagar, el compañero de mi izquierda me tomó por el codo y me dijo: "Ven conmigo. No te fijes en los demás. Mantén mi paso". Así, con el apoyo de un compañero al que aún no conocía, el Soldado Juárez, terminé ese día el entrenamiento sólo con una fila de retraso.
El mundo micronacional es así. Es de sobra sabido que, de no ser por la ayuda de Su Majestad Luis Felipe, El Reino de Áurea no sólo habría estado inactivo, si no que habría sido inexistente. Los trece años que se acaban de cumplir no habrían podido cumplirse sin la ayuda doradina. Pero no sólo eso. Platicando con mis Hermanos Dragones, Sus Majestades Luis Felipe y Sebastián, líderes de El Estado Social de El Dorado y de El Reino de Rotham, respectivamente, nos dimos cuenta de que en algún momento de nuestras carreras, cada uno estuvo a punto de renunciar al micronacionalismo. Pero las palabras, la compañía, el aliento y el ejemplo de nuestros compañeros fueron vitales para que nuestros proyectos sobrevivieran.
Si es el deseo de usted, que me está escuchando o leyendo, construir un proyecto micronacional que perdure en el tiempo y que sirva de ejemplo a las nuevas generaciones, por favor, acompáñese de micronacionalistas serios que lo escuchen, que lo apoyen... no busque aliados, busque amigos... y persista. ¿Quén sabe? Tal vez, sin pensarlo, pueda ser usted un Soldado Juárez para otros micronacionalistas.
Hermanos Dragones, muchas gracias.
Painalli
Agencia de Noticias
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